Analizando "Pepper. Todo por un Like"...
- Soledad Castillo
- 28 ago 2020
- 3 Min. de lectura
Hola todes!!¿Cómo están? Finalmente les traigo la segunda entrega del nuevo segmento, que por cierto, me encantaría ponerle un nombre (si gustan compartir alguna idea déjenla en comentarios).

Hoy quería reflexionar sobre la serie argentina “Pepper. Todo por un like”. Esta producción nacional me encantó, ya que se nota que fue realizada desde una óptica bien aggiornada a la subjetividad de la época, con lenguaje y terminologías propios del mundillo de lo digital, y varios guiños de ironía sobre lo superficial que se puede volver la vida de les “influencers”. La trama ronda sobre la vida de José (o Pepper para sus followers), un joven youtuber e instagramer con millones de suscriptores que de buenas a primeras deja de tener visualizaciones en sus videos, y pierde todo su público. En la desesperación por recuperar su audiencia cruza ciertos límites, como por ejemplo grabarse besando a su madre (de esto hablaré unas líneas más abajo), o mientras lo están asaltando le propone al ladrón dramatizar la escena para el video. Todo lo que hace en su vida, se vuelve potencial mercancía para la cámara. Los sponsors le dan la espalda y le confiscan todos los productos que, por canje, promocionaba en su canal. Toda su rutina queda patas para arriba. Pepper es “CANCELADO” (nombra por allí algo de la cultura de la cancelación que me parece importante pensar, sobre su impacto en la subjetividad de estxs creadorxs de universos…)

Me quiero centrar en los siguientes puntos principales:
-Por un lado, me quede pensando en las redes sociales como un espacio de trabajo remunerado legítimo. Tener la posibilidad de generar contenidos, explorar nuestra creatividad, y que nos paguen por eso es una genialidad; creo que la actividad de les influencers guarda muchos puntos en común con les emprendedorxs y eso me encanta! Cranear el QUÉ producir, el CÓMO, el CUANDO, y el PARA QUÉ es una labor compleja digna de reconocimiento! Igualmente, hay un debate mucho más profundo sobre la funcionalidad a la sociedad de consumo, pero eso es tema para un próximo posteo (vaya ironía cuestionar al sistema desde las redes sociales! todes estamos bajo el ala del capitalismo, y que difícil que es escapar!!).
-Por otro lado, me llama a la reflexión la cuestión de la dependencia sobre las TIC´s y lo imperioso de la necesidad de reconocimiento en el universo virtual. Ubicándolo en contexto, es claro que se trata de una característica de nuestra época y nuestra cultura, donde se encuentra sobrevalorado la interacción y el posicionamiento en las redes sociales, que son en gran parte, la ventana al mundo entero.
- Por último, no puedo dejar afuera la escena donde José, en un intento desesperado por recuperar su audiencia, se filma besando a su madre en el marco de un “Challenge” o Desafio; es una escena corta y que muestra en el protagonista el pudor y la reacción superyoica ante un acto que entra en conflicto con la estructura psíquica... No pude evitar leerlo como una transgresión ¿inocente o perversa? a uno de los tabúes fundantes de la sociedad, el tabú del incesto, ¿hasta dónde se puede llegar para generar contenido en las plataformas digitales? Ya el propio titulo de la serie nos invita a pensar “Todo por un like”…

En la sociedad de la información donde todo es efímero y lo que hoy está de moda mañana está demodé, la necesidad de permanecer allí, acunado por el reconocimiento social ¿puede ser ciego a los límites? En fin, preguntas y reflexiones que me interpelan para seguir trabajando sobre esta temática que me apasiona, y como siempre digo promover una #ciudadaniadigitalresponsable. Creo que esta serie muestra desde el humor la subjetividad instituida en nuestra actualidad, con sus pro y sus contra, así que se las súper recomiendo y después me cuentan que les pareció! Dejen aquí abajo sus comentarios!
V. Soledad Castillo.
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