Ciberviolencias. La violencia en entornos digitales.

Hace tiempo que no me siento a escribir. Desde que comencé a explorar el mundo virtual en su relación íntima con la subjetividad humana, siempre me interesó investigar acerca de las expresiones de violencia, acoso y abuso a través de las comunicaciones digitales.

En esta oportunidad me tocó acompañar una situación de hostigamiento en redes sociales hacia una persona allegada. Ser testigo cercana de esta persecución, con discursos discriminatorios y de odio, me recordó todo aquello que busque plasmar en las páginas de mi libro. Allí analizaba los efectos que ejerce sobre la corporalidad y la subjetividad humana lo que sucede en el ámbito online. En alguna de las páginas esbozaba una frase que decía “cuantas ilusiones se han robado un suspiro porque la persona que nos gusta le da un Like a las fotos que colgamos en nuestras redes sociales” a modo de ejemplificar el eco que tienen los fenómenos virtuales para nuestro psiquismo, nuestro estado de ánimo, y hasta para nuestra integridad moral, social y psíquica. La misma fórmula planteada en el ejemplo citado se puede aplicar para los actos ciberviolentos.

Entendemos las ciberviolencias como todas aquellas acciones que una persona o grupo realiza de manera intencionada a través de medios digitales, buscando denigrar, hostigar, amedrentar, y vulnerar a otra/s. Algunos ejemplos de ello son: la difusión de contenido intimo sin consentimiento, la utilización de imágenes personales con palabras denigratorias, ataques discursivos por razones de género, de etnia, de clase, comentarios de gordo-odio , trans-odio, homo-odio (valga la aclaración, que no utilizamos el término "homofobia", ni "gordofobia" por que la violencia hacia estas personas no es por razones de "fobia" sino por el odio hacia determinado rasgo con el cual se lo asocia negativamente y se lo hace destinatario de todo tipo de maltrato y discriminación). Aquellas acciones y palabras atentan contra el autoestima, alteran las emociones, y vulneran el derecho al pleno desarrollo de la vida en todos sus ámbitos.

Todos estos fenómenos que tienen lugar en el mundo de Internet, generan un impacto severo en la singularidad de la persona que es victimizada, , porque el límite entre la vida online y la vida offline hace tiempo se ha vuelto difuso; se ha tejido en aquel borde una nueva trama en la cual los códigos de comunicación han mutado (no siempre para bien), donde todo el contenido que generamos va configurando nuestra reputación y nuestra huella digital, hoy día inseparable de nuestra existencia en el mundo terrenal… Todo lo que sucede en nuestras redes sociales y plataformas digitales nos afecta, y las expresiones de odio, de hostigamiento, la persecución y el acoso no son la excepción.

Esta modalidad de violencia recientemente, podríamos decir que durante los últimos años, está comenzando a ser reconocida como tal en la sociedad. Aún queda mucho por trabajar en relación a la legislación vigente para que se logre su reconocimiento real, como así también, urge la necesidad de un trabajo de sensibilización social con relación al tema, que permita una Alfabetización Digital Comunitaria con Perspectiva de Género y de Derechos Humanos. Construir colectivamente el ejercicio de una CIUDADANÍA DIGITAL RESPONSABLE es un deber que nos engloba a todes les que formamos parte de los entornos virtuales.

¿Qué objetivos tendría poner en práctica la alfabetización digital comunitaria?

• Trazar un puente para acortar la brecha de género y generacional en el acceso a las plataformas virtuales, brecha que constituye una violencia simbólica y social e incluye la brecha de clase ante la desigualdad de acceso; no somos tontos, sabemos que cuando el hambre aprieta lo digital es más que secundario. Ambas requieren de un abordaje, uno más urgente que el otro; pero la imposibilidad de acceso a las nuevas Tecnologías de la Información y la comunicación determinan la exclusión del mundo de la educación y del trabajo a gran parte de la sociedad. A ello apunto con estas palabras.

• Promover el uso responsable de las redes sociales y aplicaciones fomentando prácticas que no vulneren derechos personales de les otres.

• Conscientizar sobre daño que producen los discursos de odio a la diversidad en todos sus aspectos (diversidad de cuerpos, diversidad de orientación sexual, diversidad cultural, etc).

• Conscientizar sobre la gravedad de naturalizar estas expresiones de violencia por el hecho que sucedan "solo" a través de Internet, ya que es revictimizante.

• Sensibilizar e informar a modo preventivo, a madres, padres, docentes y demás adultes a cargo del cuidado de las infancias y adolescencias, sobre los cuidados a tener en la Red.

• Empoderar desde la adquisición de habilidades y conocimientos a un enorme sector de la población para ejercer un uso saludable de la virtualidad.

• Instalar el tema en agenda para la planificación de políticas públicas. Sentar precedentes de actuación ante determinados accionares de violencia digital.

• Incluir en las currículas educativas la construcción de espacios de trabajo con problemáticas afines. Sentar las bases, abrir la escucha y el debate.

• Seguir construyendo lo digital como un campo de conquista y de encuentro para aquellos colectivos que han sido vulnerabilizados, discriminados, forjando un espacio seguro de contención complementario a la presencialidad material. (en otra oportunidad volveré a profundizar sobre el ciberfeminismo y sus premisas).

Promover una CIUDADANÍA DIGITAL RESPONSABLE mediante la alfabetización digital comunitaria implica apuntalar los pilares de la prevención, para que todas las personas podamos navegar en Internet de forma segura y sin que nuestros derechos fundamentales sean arrasados. En ese camino vamos dando los primeros pasos desde las organizaciones sociales, desde los movimientos colectivos y esperemos que pronto el Estado asuma la responsabilidad que le toca en esta temática de la que vamos aprendiendo algo nuevo cada día, y a cada hora.

Castillo, Verónica Soledad